
La Organización Mundial de la Salud calcula que, entre seis y nueve meses, las vacunas que se han probado o que se encuentran en la última fase de prueba donde 30.000 voluntarios hacen parte de estos estudios que puedan comprobar la eficiencia y el uso seguro de dicha vacuna para generar una distribución masiva de la misma.
Desarrollar rápidamente una vacuna que combata este virus, ha llevado a muchas empresas y farmacéuticas a una contrareloj, lo que genera confusión de cuáles serían los tiempos máximos o límites para un resultado acertado.
Hay una lista de vacunas candidatas que deben ser analizadas, y comparados los resultados de investigación para tomar una decisión que beneficie a la población mundial que vive esta crisis de salud.